Everything, Everything
Por Nicola Yoon, 306pp, 2015.
Everything, Everything es un libro sobre tomar riesgos.
Inspirada por los miedos como madre primeriza —con los que me identifico grandemente— Nicola Yoon nos trae una historia de una chica que es sobreprotegida mucho más allá de sus años de infancia.
Madeline Whittier ha vivido encerrada casi toda su vida como consecuencia de una rara enfermedad que la expone al riesgo de morir si llegase a hacerlo. Alérgica al mundo, alérgica a la vida, Maddie está resignada a su realidad. Pero toda la aceptación a lo que es su vida empieza a desvanecerse tras la llegada de Olly, su nuevo vecino, un chico que sin lugar a dudas disfruta de la libertad y pronto le hace desear a ella gozar de esta también.
Con un romance que inicia gracias a la mano amiga de la tecnología Maddie se encuentra rápidamente arriesgándolo todo por vivir, incluso la vida misma.
Sus decisiones la llevan a enfrentarse por primera vez con su mejor amiga y mayor apoyo, su madre. Y a encontrar respuestas a preguntas que por años había evitado hacerse.
Yoon nos presenta un personaje “diverso” sin hacer de esto la temática del libro y es algo que disfruté sobremanera.
No puedo decir que disfrutara igualmente de la forma en que se presenta la enfermedad de Madeline. Que si bien algunas cosas en la manera en que fue tratada podrían explicarse por el giro que luego da la historia, otras se me antojaron sin sentido.
Para ilustrar este punto puedo señalar el viaje de “rebelión” de Maddie, uno de los momentos centrales de la historia, y como ella no tomó medida alguna con respecto a su enfermedad antes de embarcarse en su “aventura”.
El desconocimiento de Maddie con respecto a la enfermedad que padecía y su aparente indiferencia a esta resultaba hasta irrisorio.
A pesar de que ella parece resignada ante el cuál podría ser el resultado de su decisión, me parecería lógico el que hiciera algo para si quiera tratar de asegurarse el llegar a su lugar de destino.
Love is a terrible thing and its loss is even worse. (Yoon, 2015: 242)
Tengo que decir que empieza a cansarme el constante uso del “enamoramiento” como única razón para dar un cambio a tu vida. Una trama que se sigue abusando a la hora de escribir romance, y si bien concuerdo que el estar enamorado puede hacerte querer ser una mejor versión de ti para esa persona, el que reduzcamos a esto la razón para querer hacer algo diferente o ser mejor pues me produce un amargo sabor de boca. ¿Maddie había estado extrañamente conforme con estar encerrada por 18 años y de pronto todo cambia solo por un chico?
Algo que me veo obligada a señalar como un punto negativo es el trato superficial que se da a la enfermedad de la madre. Yoon perdió la oportunidad de explotar un punto con gran potencial en su historia.
Una historia ligera, buena para los días de verano y para los amantes de la literatura juvenil y el romance.
Tanto el libro como la pelicula son excelentes, demuestra el alma de una persona queriendo ser libre
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